domingo, 3 de julio de 2011

EL DEBER: 2 de jullio:Centralizar . El Estado quiere controlar el apoyo privado

Centralizar . El Estado quiere controlar el apoyo privadoLa actividad artística que dinamiza a nuestras ciudades y que define las actuales generaciones de artistas con propuestas que identifican su época, su problemática y su manera de pensar se ha formado y desarrollado, en su gran mayoría, con recursos propios o iniciativas privadas
 
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Cecilia Kenning
En Santa Cruz, hay ejemplos exitosos de centros de formación, promoción o difusión artística que han crecido por voluntad y vocación de personas particulares y que han buscado el apoyo privado de empresas, personas, organismos internacionales o han cobrado sus servicios o espectáculos a precios muy accesibles.
Si acaso, el Estado ha apoyado con ítems a algunos institutos de formación de universidades, de la iglesia, privados y uno que otro centro de municipios o gobernaciones. Para ser medianamente justos podemos hablar de un 50% estatal o gobiernos regionales y 50% con iniciativa y apoyo privado y de la sociedad civil organizada.
Forma parte importante también de la formación artística, generar contactos con profesionales extranjeros de quienes aprender, ya sea a través de actuaciones internacionales en Bolivia o salidas al exterior. Estas giras fuera del país normalmente son impulsadas por iniciativas privadas, financiadas por empresas o fondos de los propios protagonistas. Los espectáculos internacionales que se presentan son propiciados por embajadas de países amigos o empresarios de mercados culturales.
Hoy circula un proyecto de ley desde el gobierno, que incentiva el aporte de empresas públicas y privadas a beneficiar a la cultura del país incluyendo una norma muy aplicada universalmente: montos de donaciones voluntarias a la cultura de parte del sector privado, deducibles de los impuestos a pagar al Estado (en este caso hasta un 10 % de los impuestos del año anterior).
Pero la novedad o diferencia con otros países es que estos aportes serán centralizados y controlados por un consejo oficial que tendrá a su cargo la aprobación de a qué y a quiénes se debe favorecer con esos fondos, en todo el país.
El consejo de cultura estará integrado por seis miembros del gobierno y tres personas elegidas por ellos, para dirigir los aportes de empresas privadas, personas y organismos donantes. El criterio definido para la elección del proyecto a financiar es que sea de importancia para el país. Una declaración lírica muy general, depende de quién lo decida.
Si el arte y los artistas bolivianos han dependido tan poco del apoyo oficial para formarse y desarrollarse, el papel del Estado debería ser favorecer que aquellas empresas privadas interesadas en apoyar el arte puedan estar más motivadas a hacerlo, muy bien a través del incentivo a crearse por esta ley, pero no centralizando y controlando el apoyo privado a la cultura y el arte.
Si hasta el momento no han existido fondos más que para la cultura oficial, aquella que reinventa las culturas autóctonas con  rituales neoandinos, cómo podemos creer que a partir de esta ley habrá para que todas las demás, llámense orientales o universales, tengan la oportunidad de sobresalir, crecer y difundirse en un país que centraliza todas sus políticas.
La opción que tienen las empresas que no estén de acuerdo con esta centralización será donar plata para proyectos elegidos por ellos, pero sin el incentivo que estos fondos puedan deducirlos de sus pagos de impuestos. La elección es más que natural.
Ya sabemos que el exceso de centralización crea una burocracia muy pesada y corrompe a los que deben aplicarla. ¿Será este caso la excepción? 
La nueva ley de promoción cultural será seguramente para proporcionarle fondos al Ministerio de Culturas para que pueda hacer algo por el sector, pero a través de sus ONG, sus organizaciones sociales, sus encargados de cultura de los entes oficiales. Pero en el camino quedarán, heridos y contusos, los artistas independientes y las organizaciones de la sociedad civil organizada que desde siempre vienen ilusionando, educando, emprendiendo y transformando el arte y la cultura boliviana.
Podrán centralizar los recursos pero lo que no podrán centralizar jamás son las ideas, las visiones diferentes, la sensibilidad artística y el deseo de expresar libremente su creatividad porque sin duda Bolivia es un Estado Plurinacional.

   FRAGMENTO  
La lectura que hacemos los artistas y los gestores culturales no coincide con las consideraciones y bondades enunciadas en el proyecto de ley que en forma literal dice: “El Régimen de Promoción Privada de la Cultura termina con la burocracia que trae interminables esperas al asegurar una relación directa entre quienes financian los proyectos y los actores culturales que
los llevan adelante.

La sanción de esta ley, que no tiene antecedentes en el país, ubicará a Bolivia entre los países que más promocionan su cultura en relación a las actividades de otros países de América
Latina, donde los jóvenes creadores del arte tendrán un espacio en el presente para poder soñar su futuro... y construir el nuevo Estado Plurinacional intercultural”.

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